jueves, 12 de diciembre de 2013

Diciembre, mi mes menos favorito

Cualquiera que lea el título de este post me llamará grinch y pues no me molesta, creo que el grinch odiaba la navidad por la soledad, yo la odio por la melancolía. Todo el mes de diciembre me recuerdan significados que en mi vida son escasos, escasos como mi familia, cada navidad la he pasado junto a ella y siempre termina en ambos estando tristes y cada uno por su lado llorando pues la navidad es un concepto de tristeza, te carencias o más bien de ausencias en nuestras vidas: ella recuerda su infancia, el abandono de mi padre, la muerte de mi abuelo; yo recuerdo mi infancia sin mi padre, la muerte de mi abuelo, el llanto de mi madre cada año nuevo y navidad durante mi infancia y mi adolescencia y la partida de mi tía.

Cada navidad me restriegan en la cara el concepto de familia, de unión y felicidad y por más que yo trato de buscarle un nuevo sentido y una nueva a veces no logro llenar mi mente de ello, ejemplo, cada navidad me trae más recuerdos pocos felices y en si desde el año pasado es la noticia que tengo un padre que está muy lejos y que no le importo demasiado, porque ni siquiera llama, no escribe, y no creo pregunte por mí a pesar que me traten de hacerme tragar esa historia poco creíble.

Saber que tiene otra familia para la cual sí está presente y recordar que no estuve presente en mi primer campeonato deportivo o en mi primera actuación, en mi graduación, cuando aprendí a montar bicicleta o cuando me accidente, cuando tuve mi primer crush en la niñez o cuando me internaron por primera vez en un hospital, o cuando tenía pesadillas de niño o cuando me iba a dormir, cuando llegaba del colegio o de la universidad, cada fin de ciclo o cada  fin de año, cada navidad y cada cumpleaños. Solo mi madre, tía, abuelo estuvieron presentes en los momentos que les tocó estar y trataron de llenar eso satisfactoriamente hasta que el año pasado tuve que recordar toda esa falta cuando vi a mi padre luego de 18 años y luego de esa vez nunca más lo vi otra vez, todo ese dolor recordado y aumentado, todos esos sentimientos de abandono, miedo, rabia; todos encontrados y coleccionados en mi mes menos favorito: diciembre.

Si ya tenía suficiente con mis navidades horribles desde que falleció mi abuelo ahora son peor, porque si bien antes podía recordar a mi abuelo y celebrar en su memoria ahora solo puedo recordar lo bastardo que es mi padre y todo lo que no tengo ni tuve en mi vida, todo lo que él causó y causa. Sé que no se merece mi dolor ni las lágrimas que caen ahora por mis mejillas pero duele y duele cada vez más porque lo peor de todo es que sigo, a pesar de todo lo que ha hecho, teniendo la esperanza de que volverá algún día y me pedirá perdón y retomaremos el tiempo, y esa ilusión no sé si duele más o duele menos pero hoy es un día que recuerdo que hace un año lo vi y desapareció de mi vida.

Hoy es un día que me es doloroso.

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